lunes, 28 de junio de 2010

capitulo 45



Sebastián ha manejado durante horas para llegar esa misma noche a esa cabaña en la que vivieron horas de amor. Vido no se quiere llevar por la desesperación sino por el amor. Entran los dos juntos en la cabaña. Vido quiere hacer el amor. Muy coqueto lo va desnudando. Sebastián lastimarlo:
--No sé si es buena idea...
Vido no le hace caso, lo va desnudando, se va tirando sobre él:
--no me quiero dejar vencer... quiero vivir cada día como si fuera el último...
Sebastián acaricia dulcemente a su Vido:
--vamos a tener muchos días, muchos años...
Vido se muestra sonriente aunque está triste:
--tenemos que aceptar que pronto estaré lejos de ti...
Sebastián no quiere que hable de esa manera, lo besa. Los dos se olvidan de todo y se derriten a la pasión, al amor. Disfrutan haciendo el amor como si fuera la primera vez. Lo viven más intensamente que nunca porque desde ese momento ya no saben si van a tener futuro y aunque ellos no quieren están seguros que eso los acabará condicionando como pareja. Vido se ha quedado dormido luego de hacer el amor. Sebastián lo mira con ternura. Ahora que él ya no puede escucharlo puede desahogar su dolor. Su angustia. Lo mira con mucho cariño:
--No te puedo perder... ¡¡no puedo¡
Siente que se le va la vida al pensar que Vido puede vivir sus últimos meses:
--Después de todo lo que hemos pasado ¿¿me vas a dejar?
Piensa en todo el odio que ha habido entre ellos antes que se confesaran amor. Sus ojos se llenan de lágrimas. Acaricia a su amado en el rostro con cuidado de no despertarlo mientras dice.
--No me dejes, no tú...
Sebastián lo mira. Sabe perfectamente que no podrá vivir sin él y le aterra la idea de tener que hacer en un futuro bien próximo. Lo mira y la idea de que esté condenado a muerte lo derrota. No puede más, se aleja de la cabaña. Trata de relajarse junto al río. Vido se ha despertado con las caricias de su amado. No le ha dicho nada pero llora lleno de miedo ante su posible muerte. No le quiere crear angustia a su amado con sus temores pero tiene muy claro que se va a morir y eso lo tiene al borde del abismo, sólo el amor que ve en los ojos de su amado, su desesperación ante la muerte le ayudan a no rendirse, a vivir el tiempo que le quede disfrutando de su amor y procurando que Sebastián también lo haga. Creyendo que Vido está dormido Sebastián aúlla llora. Grita, maldice mirando al cielo:
--¡¡¿¿porque? ¡¿¿que les hice?¡
No sabe a quien habla, a Dios, a las estrellas, a nadie... Pero en ese momento necesita que haya alguien responsable de la vida y de la muerte para lanzar su reclamo contra él:
--¿¿¿¡porque esto?¿¿¿porque ahora?? ¿¿porque a él?
Suelta todo lo que tiene dentro. Su llanto es desgarrador. Vido lo ve desde la puerta de la cabaña y se le hiela el alma. Lo escucha muy triste. Le duele pensar que todo ese dolor es por él. Por su muerte. Vido y Sebastián están desnudos en sus cuerpos y también en sus almas. Son dos personas desesperadas y abatidas el uno por el dolor del otro. Mirando al cielo Sebastián grita:
--¡A ÉL NO... A ÉL NO SE LO PUEDEN LLEVAR¡¡
Y cae de rodillas sobre la hierba retorciendo de dolor. Llorando sangre. Vido se acerca a él conmovido. Desolado. Siente que Sebastián necesita descargar todo lo que lleva dentro y por eso se acerca con cuidado que él no se dé cuenta para no distraerlo. Y Sebastián sigo llorando y reclamando:
--¿¿¿que estamos pagando qué? ¡¡Y menos mi Vido... él es la persona más buena del mundo...¡ ¡si se queréis castigar a mi pues que no sea de esta manera...¡¡
Y con los brazos en cruz mira al cielo como ofreciéndole. Ya no tiene fuerzas para gritar. Habla flojito:
--Doy mi vida por la de él... pásenme a mi todas las horribles enfermedades del mundo pero que él viva, que mi Vido sea feliz.
Pese a que hablo flojito Vido lo ha oído. Está impactado pues aunque ya sabia que lo amaba no esperaba tanto y aunque por un lado le emociona por otro lado le duele pensar en lo mucho que va a sufrir tras su muerte. Vido se pone un cuclillas. lo abraza por la espalda. Sebastián en un primer momento se sobresalta pero luego la voz de su Vido es un bálsamo:
--hazme un favor si quieres llorar no lo hagas a escondida... aquí están mis brazos...
Y los dos se aferran con emoción el uno al otro. No se miran a la cara y los dos están llorando pero tratan de disimularlo de cara al otro.
--Perdón por este momento de debilidad --Sebastián apenado.
A Sebastián le duele que sea Vido precisamente el que lo tenga que consolar a él. Vido es muy cariñoso con su amado:
--tú también tienes derecho a llorar.
Sebastián se gira. Los dos sentados, se miran. Se toman de una mano y con la otra se acarician:
--se supone que soy yo el que te tiene que sostener a ti... --Sebastián apenado.
Vido le sonríe y muy cariñoso le dice:
--¿y si nos sostenemos los dos?
Vido y Sebastián sonríe enamorado y le dice:
--cuando queramos llorar lloraremos los dos.
--si me queda poco tiempo pues no nos la podemos pasar llorando... -dice Vido con una triste emoción.
Sebastián se siente culpable por haberse mostrado débil.
--si perdona... ha sido un momento de debilidad pero no hables como si te fueras a morir, yo tengo esperanzas, muchas esperanzas...
Y la sonrisa de Sebastián anima a Vido que lo besa con pasión:
--no te quiero ver triste... quiero dejarte un buen recuerdo cuando me vaya...
Vido se muestra fuerte ante Sebastián aunque de sus ojos van deslizando lágrimas.
--pues entonces disfrutemos sin pensar en el futuro...
--estoy de acuerdo.
Y los dos se sonríen enamorados. Y sellan su acuerdo con un apasionado beso. Luego entran en la cabaña muy abrazados. Mirándose con amor y obsequiándose con dulces besos de amor. Y se quedan tumbados el uno al lado del otro. Los dos se hacen el dormido para no preocupar al otro. Los dos lloran en silencio...


A la mañana siguiente, Vido y Sebastián se preparan para disfrutar de su amor al 100 por 100. Sebastián se desvive por Vido y no le deja hacer nada. Vido lo mira molesto:
--no me trates como un moribundo aunque lo sea...
Sebastián le pone la mano en la mejilla:
--no digas eso...es que quiero que sólo me ames, no tienes que gastar fuerza para otra cosa
--no me tengas lastima... No lo soportaría.
Vido usa un tono serio. El de Sebastián es muy dulce:
--no es lastima, es amor, es egoísmo que quiero que estés sólo para mi. Todo el día preparado para amarme...
A Vido le hace gracia la manera en la que sale Sebastián de su regaño. Lo mira con cariño:
--ay Sebastián , ¿que voy a hacer contigo? --le pregunta con cariño.
Sebastián lo mira con cara de bueno:
--pues amarme --dice tímido.
Vido lo besa. Luego los dos se abrazan fuertemente.
--¿y después?¿que harás después?
--ese es mi problema...
--Pero es que no sabemos lo que va a ser de mi... ¿estás seguro que quieres echarte esa carga encima? Tienes 18 años. No te quiero echar a perder la vida. No tienes edad para vivir todo esto --dulce.
--No me vayas a dejar --dice Sebastián con miedo-- puedo luchar contra todas las enfermedades del mundo pero no al estar sin ti. Mi corazón te ama y en eso no hay edad.
Vido y Sebastián se abrazan. Vido no quiere preocupar a su amado. Le habla palabras llenas de tristeza pero con amor:
--lo que quiero decirte es que no quiero que sientas obligaciones conmigo. Cuando ya no puedas estar a mi lado pues adiós y yo te daré las gracias por haberme querido tanto...
Sebastián no quiere hundirse. Se sienta en la cama y lo mira deseo desesperado:
--¿¿es que no te das cuenta que si tu me faltas no tengo nada...? Mi vida no me interesa sin ti...
--pero yo no voy a estar siempre... --emocionado y preocupado.
Vido habla de la muerte para asimilar que es cierto, que se va a morir y le duele pensar que Sebastián vaya a sufrir. A Sebastián eso le enoja mucho:
--eso no lo digas...
Trata de darle ánimos con su sonrisa, con sus caricias. Con sus palabras:
--tienes que tener esperanza... ¡¡eso es muy bueno¡ ¡¡la esperanza lo es todo¡ ¡¡¿y porque no esperar un milagro?¡
Con voz muy dulce Vido le dice:
--yo lo que quiero es estar bien el máximo de tiempo posible a tu lado, disfrutando de tu amor.
Se miran, se estremecen.
--Yo también mi Vido... no quiero nada más.
Se acarician y se hablan con amor:
--pues no pensemos nada mas. No quiero pensar en cosas chimbas.
Y se besan enamorados. Un beso con sabor a dolor, con sabor a lágrimas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario